Estos días de finales de enero, nuevamente, nos concentramos en Pozo Izquierdo, en la isla de Gran Canaria, el puñado de fundamentalistas de siempre. Fundamentalistas de la larga distancia, como dice el incombustible Carmelo Ruiz.

El grupo , año tras año, va creciendo paulatinamente. Esta concentración, clásica en los inviernos triatléticos, se convierte en el detonante de los grandes retos anuales. Aquí se han concebido grandes gestas, y aquí, se encuentra el embrión de retos deportivos casi inconcebibles para el individuo de a pie, pero sobre todo, es aquí donde la gran semilla de Hawaii, como prueba culmen del multideporte, se abona y alimenta día tras día vivido intensamente.

Entrenamientos, tertulias, y también imágenes de pruebas legendarias en la lava son el mosaico de nuestras horas. Entrenamos, charlamos, comemos, descansamos, eso durante al menos una semana.
Los primeros días ya una buena parte del grupo ha cumplido con un rito, la ascensión al Pozo de las Nieves, a casi 2000 metros de altura ,la cumbre de la isla. Piscina, campo, carretera, aguas abiertas, contemplan nuestros desvelos; los jóvenes, cada año van a más, algunos veteranos admirables también, otros no queremos que los años pasen, y aunque sabemos de la fugacidad de la vida y los momentos, nos deleitamos con los momentos vividos y los que experimentamos ahora también, pese a que… tempus fugit.

Os dejo algunas imágenes y espero que en próximos días algunas más, antes de volver a la realidad cotidiana.