Desde hace unos años, el mes de enero no significa para muchos de nosotros tan solo carreras al atardecer con el frío metido en los huesos, prolongadas duchas calientes, ó esos primeros entrenamientos en bici más largos en una atmósfera gélida…

El mes de enero también son arenas blancas, verde hierba y oceáno azul. El calor del mediodía y el refrescar a la caída de la tarde. Largos entrenamientos en bici al sol. El agua del sudor y el agua del mar.

Se que muchos de los que me leeis no podríais ya pasar sin esos días en comunión. Y se que otros estáis deseando conocerlos.

Un buen puñado de días de enero, como no podría ser de otra forma, volveremos a Pozo Izquierdo.