Volvemos a ese lugar que atesora recuerdos, momentos y casi una vida.

Regresamos a la isla del renacer, de la vida interior, a ese lugar en el que encuentras lo que casi siempre has perseguido sin identificar durante largo tiempo.

Renacer volviendo a ponerte el dorsal del Ironman de Lanzarote, poniendo tu cuerpo al límite y experimentando sensaciones tan brutales que nunca olvidas. Un triatleta persigue esto desde lo más profundo de su alma y, si pasa algún año sin ponerse a prueba, en algún momento necesita volver, porque no se puede sentir nada igual en la vida; parecido, pero nunca igual.

Reencontrarse con los más grandes, no tiene precio.

Recordar el día en el que tu hermana pequeña, para emularte, pudo con la distancia… eso es algo grabado para siempre en el alma.

La prueba lo es casi todo. Pero no olvidemos el antes, el después, los lazos que nunca se romperán, el DEPORTE en mayúscula: amigos, comunión, diversión, sentimiento.

Y si te lo propones y consigues el slot, no lo dudes… Hawaii te espera!!

Nos vemos pronto en Puerto del Carmen.