Afronto las jornadas decisivas para mi sexto Ironman de Lanzarote. Tal vez la prueba que mayores emociones y sentimientos despierta en mi. La sensación,  una vez que piso la tierra lanzaroteña, es que estoy en mi  Estadio. Juego en casa, con los míos,  conozco la prueba palmo a palmo.

Como siempre, un largo y tortuoso camino, en el que no faltan desánimos, lesiones, júbilo, desencanto, fuerza, alegría y a veces, también, hastío… a veces el amanecer, otras el crepúsculo. A menudo una sensación de realización, en ocasiones sientes como pierdes el tiempo; y como siempre digo, paradigma y escuela de la propia vida.

No lo suelo hacer, lo sabéis los que me seguis a menudo, pero hoy será la excepción: hablaré algo sobre mi estado de forma y mis objetivos.

Otro Ironman más. Lejos de la fuerza y claro está, la juventud del año 2000, año en el que hice mi mejor prueba en la isla; pero sin duda, llego en una gran forma, gracias a la experiencia, y por qué no decirlo, a la seguridad y la determinación. Espero poder terminar con un digno resultado y así, dedicárselo a esas personas que siguen creyendo en mi como deportista.

Hawaii? siempre está en la mente. Por qué no volver? conseguir la plaza es harto difícil, y no es la prioridad. La competición creo que debe ser una permanente búsqueda del yo más profundo, un acto de superación personal, y así plantearé esta sexta participación, un homenaje a mi mismo y a mis seres queridos, en un día en el que podré hacer de manera prolongada aquello que más me gusta y tan importante ha sido en esta etapa de mi vida; competir dignamente, darlo todo, es lo primero y una vez superada la meta, – el verdadero objetivo de todo triatleta Ironman- , llegará el momento de replantear la vida y buscar nuevas metas. Será un día para interiorizarlo, para vivir la alegría de la vida tal y cómo la entiendo, disfrutando del gozo de sentirse tranquilo y libre.

Luego llegará la calma. Tal vez luego la posibilidad de la contemplación, y tal vez ya en casa pasados los días, el momento de volver a la orilla de mi Río Tajo, y cruzarlo cada día de acá para allá, de allá para acá…y mirar el agua, admirarla, el agua de nuestra vida, de la juventud, el paso del agua que simboliza el paso del tiempo, ese tiempo que nos gustaría retener, detenerlo con nuestras manos… el tiempo es otro río… el tiempo no se detendrá, pero a buen seguro, las vivencias y las sensaciones seguirán con nosotros para siempre.
Os dejo algunas imágenes de mis ultimos entrenamientos. Nos vemos en Puerto del Carmen.