Año tras año,volvemos a este triatlon entrañable, de sabor auténtico que inevitablemente, te transporta a la esencia , al origen , de nuestro deporte.

Era mi novena participación. Unas veces sobre la distancia actual ó ligeramente más corta, los primeros años sobre la distancia conocida por nosotros como «distancia Pálmaces».

Volvía no sin dudas,pues siempre he llegado a esta prueba en buena forma, pero los años, el verano no aprovechado al mismo nivel que otros para entrenar, me obligaban a adoptar una táctica más conservadora.

En una prueba en la que mi mejor puesto es un 5º absoluto en el año 2.000, (que tiempos!), corriendo como me recordaba el amigo Manolo Alvarez Acevedo, (4º aquel año) en 1h. 15′ para los 20 kms. , me clasifiqué en el puesto 40º absoluto, corriendo a pata hoy por hoy en 1h. 28′. Es lo que hay. Aún así, creo que pude ganar el grupo de edad de 45 a 49 años, jeje.

En la instantánea de arriba, momentos antes de la salida con mis dos chicas favoritas, sexta y octava absolutas ayer. Chapeau.

Y la fotografía de más abajo, corresponde a la placa que lucirá en su domicilio Eusebio Paradinas,obsequio ayer de sus compañeros de club a la labor de este triatleta alcarreño, y también a sus 25 triatlones Ironman finalizados. Un bestia este Eusebio. Aunque poco nítida, he querido dejar aquí esta imagen como homenaje y reconocimiento a este amigo con el que tantas veces me he fajado más allá de las diez horas de competición, cuando las fuerzas ya nos faltaban. Como en aquel Embrun Man del 2005… casi sprintando en meta. Un abrazo , Eusebio.