Habrá gente que os diga que ni lo intentéis. Es un camino lleno de emboscadas, que comienza años atrás, (nunca meses como algunos creen) y culmina un día de mayo, en el que tu cuerpo libra una lucha sin cuartel frente a los Genios de la Paciencia, el Esfuerzo y el Agonismo. Sientes que ellos son tus hermanos y por eso no sentirás miedo.

Si lo sintieras, huirás siempre hacia delante.

Vas a comenzar, antes del amanecer. Vas y vienes, presintiendo, meditando, como un enamorado a la espera.

Luego el agua. Las olas que nos llegan, con un olor a cuerpos bañados en adrenalina.
Esperanza inquebrantable en los primeros kms. de una bici siempre distinta, siempre cambiante.
Puedes derrumbarte, bajar los brazos pero una y otra vez renaces, cuestas abajo ó arriba, ó en los falsos llanos.

El tesón tiene nombre de tarde, a la luz del poniente sol. Materializas un deseo largamente anhelado; la comodidad, la dicha, el descanso, el dinero, todo sacrificado por un destino que te reserva una inmensa felicidad condensada en un rayo de sol, una mirada, mil aplausos y un abrazo. Un momento congelado en tu alma conmovida.

Ironman forever.