Vivimos tiempos de crecimiento en el deporte del triatlon. Hasta el deporte triple llegan gentes de lo más variado, desde sedentarios fascinados por la belleza , estética y posibilidades del tri, hasta gentes llegadas de otros deportes con ansias de nuevos retos.

Los entrenadores vemos a menudo, como gran problema, el afán de emulación de los recién llegados, fascinados por los grandes volúmenes de los consagrados, y la impaciencia de algunos por conseguir un objetivo determinado.
Para conseguir un éxito ó meta destacada, necesitamos trabajar durante muchos años. De uno a tres años nunca es suficiente. Es necesario establecer metas realistas a corto y medio plazo. A corto plazo, es conveniente analizar las posibilidades reales del sujeto y establecer un periodo de varios meses de entrenamiento de base, antes de adentrarnos en un periodo de entrenamiento más dirigido y específico. Por supuesto, podemos y debemos añadir un periodo en el cual el deportista pueda probar sus fuerzas en alguna competición adaptada a su momento deportivo y a sus características.

La estructura, (periodo de base, específico y competición), no tiene por qué variar mucho a lo largo de los años, por supuesto con las modificaciones acerca de volumen e intensidad que sean necesarias para conseguir una evolución lógica. La unidad de medida será el tiempo, no la distancia recorrida;a menudo, en triatletas que se lanzan a la competición de larga distancia prematuramente, vemos como se tratan de imitar volúmenes de atletas más consagrados, entrenando muchas más horas por sesión de lo que sería deseable.
La reflexión es clara, ahora que muchos volvemos a entrenar tras el descanso; el triatlon es un deporte al que podemos entregarnos durante casi toda la vida, no lo convirtamos con prácticas inadecuadas en una fuente de frustración, lesiones ó desmotivación. Debemos entrenar ordenada y progresivamente, sin quemar etapas, persiguiendo nuestra meta sin buscar atajos. Triatlon, de por vida.