Hoy buscamos las montañas por un nuevo lugar, inédito este año para nosotros; algunos ya habíamos transitado por las rutas previstas para hoy, y lo cierto es que deseábamos buscar estas laderas, perfectas para pedalear en casi absoluta soledad.

Menos de una hora de ruta y tras coronar Los Corralillos, contratiempo. Caída de Jose. Silencio y caras largas, un bache oculto en la sombra hace perder a nuestro compañero el manillar y por un momento pensamos que la cosa sería más grave. Pero no. Jose se incorpora y puede llegar hasta Aguimes pedaleando, donde lo curan en un Centro de Salud. Nada roto. Chapa y pintura.

El viento azota y de qué manera. Pero poco a poco comenzamos a caracolear ladera arriba y el viento se calma , detenido por las montañas. Kilómetros y kilómetros para arriba, por un asfalto que me recuerda al legendario de Lanzarote, descarnado , con tramos de gravilla, botoso e irregular. Pulso mi joule en la base del puerto y completo 40′ de dura ascensión hasta la cumbre.

Poco a poco vamos reagrupándonos y en el prolongado altiplano hacia Santa Lucía contemplamos las más bellas vistas desde un interminable acantilado. Desde allí, nuevo ascenso hacia San Bartolomé, pero ya más atemperado y con casi todo el grupo en buena armonía.

Pasan los días, (aunque aún resta parte de la tarde…) y ya solo nos queda una jornada del VII Campus. Pronto abandonaremos los rincones de esta bella isla. Aprovecharemos intensamente las horas que nos restan y la jornada del sábado.