Me he decidido a cambiar de bici, andaba un tanto aburrido de que me dijeran que pedaleaba sobre un hierro y si, era consciente, pero nunca me ha importado mucho la estética ni la mecánica, que por cierto , es una de mis asignaturas pendientes como entrenador y como triatleta.

Bueno, desde que empecé he tenido unas cuantas bicis,entre otras varias de acero para empezar, recuerdo con nostalgia una cabra Colnago de acero con rueda pequeña delantera con la que corrí en Pálmaces en 1997; después, un cuadro Look de ruta, con el me clasifiqué para Hawaii en 1998, un Colnago C-40 con el que corrí en La Meca, y después tres ó cuatro Giant talla S de los que partí todos menos uno y siempre me repuso el importador. Un Goka con el que corrí Lanzarote y Embrun en 05 y luego mi primera y rudimentaria cabra, (las anteriores siempre eran bicis de ruta tuneadas, excepto la mítica Colnago de acero), una Kuips que compré a precio de saldo que me acompañó en Lanzarote y Kona 07 y recientemente en Niza.

Ya decidido a cambiar, he meditado por qué cuadro decantarme. Después de tantos años, me apetecía optar por algo casi exclusivo y que mereciera la pena. Una bici que tuviera casi magia. Algo rígido, aerodinámico. Y de entre todas las opciones, no he dudado: la Ceepo Venom. Hoy la he estrenado y en poco más de una hora me he dado cuenta del acierto; nunca había pedaleado sobre algo tán rígido y rápido.

Las instantáneas que os muestro son las del cuadro sobre el potro de montaje, en el taller de Rubén García Trigo «El Cangre», que fuera mecánico de la selección española femenina; el mismo Rubén con la bici con rueda lenticular y una imagen de la cabra con las ruedas de entrenar en un momento de parada en plena ruta.