Hemos cruzado la línea de meta, esa línea de meta soñada y perseguida y ahora…qué?? a menudo nos lo hemos preguntado.
No es extraño que tras cruzar la línea de meta, nos encontremos con un gran vacío emocional, sobre todo pasados unos días, y mucho más cuando expectativas desmoduladas respecto a las posibilidades, nos hicieron toparnos con un muro; encontraremos incomprensión en nuestro entorno y mil preguntas sin respuesta en nuestro interior. En este punto,y a menudo más que en otros momentos, el entrenador debe ejercer de psicólogo, comprensivista, y hasta filósofo.
Hoy me permitiré daros unos consejos, un breve punto de vista que espero os ayude y os inspire…
Vive la vida, deja que el tiempo pase despacio, no olvides que en el transcurso de la existencia frecuentemente no alcanzamos de inmediato nuestros objetivos, permítete equivocarte y no te olvides de reír, disfrutar y amar todo cuanto hagas.
Crece de la experiencia diaria y no focalices todo obsesivamente en tu deporte. Las semanas después de la prueba haz otras cosas que te gusten, no abandones otras aficiones frecuentemente apartadas … pinta un cuadro, lee un libro, escucha tu música preferida, canta en la ducha,bebe unas cervezas, comparte o continua riendo y permítete brillar cuando conversas, sin olvidar sonreír a los amigos y si para ello es necesario deja que alguien te ayude, escucha a un amigo del mismo modo que escuchas la naturaleza cuando entrenas.
Diviértete mirando fotos viejas, recordando momentos pasados, viendo cuando eras niño, ayuda a tu pareja, a tus padres, a un anciano , o a tus abuelos, te ayudara a saber que no estás solo, pero no olvides decirles a las personas amadas cuanto las quieres.
Termina un proyecto deseado y cumple con tus promesas, hazte un favor, no pierdas el tiempo, apaga el televisor y habla con un amigo-a y si no están, llama a tus amigos por teléfono, comparte y piensa en lo que tienes, cultiva el amor, ama y por hoy no te preocupes de más…
Y de entrenamiento, ya volveremos a hablar. No todo es triatlon.