Llegó el momento, para muchos de nosotros. El momento de la humildad.

De darnos cuenta que sintiéndonos pequeños, podremos llegar a ser grandes.

De sentir que somos dramáticamente frágiles; Pero llenos de fuerza a la vez.

De que sólo respetando las distancias, se nos otorgará la meta.

De que tan solo viendo cada día amanecer y pedaleando rayando el ocaso seremos dignos de culminar los 226 kms.

Esforzarnos. Ser humanos. Amar la libertad, el esfuerzo y soñar con ser mejores. Terminar con el sol torturándonos, ó tal vez antes de que anochezca… quizás un poco antes de que el reloj agote las 17 horas; de cualquier manera seremos dignos si lo sentimos genuino, intransferible, nuestro.

Humildad, orgullo, fe en nosotros. Ya queda menos.

Puerto del Carmen, allá vamos!