Ya solo quedan dos dias, dos dias para la prueba mas importante del Planeta.

Si alguna vez en mi vida pense en dejar de hacer deporte, dejar el triatlon, es aqui donde me doy cuenta de que eso es imposible, aqui se justifican todos los esfuerzos de la vida, los entrenamientos en solitario y la incompresion, a menudo, de tu entorno. Estar aqui es , como para un nino, estar en DisneyWorld.

El dia de ayer fue ya muy tranquilo, como lo seran los proximos. Un poco de bici por la Highway, muy relajados, para hacer algunas fotos y un pequeno video en la Entrada del Energy Lab;una carrera posterior de 20 minutos bajo un sol abrasador.

Hoy me desperte muy temprano, sobre las cinco a.m. y a las siete ya estaba en las calidas aguas del Pacifico despertandome del todo. Para hacerlo totalmente, nada mejor que nadar hasta un tipico trimaran polinesio, a unos 700 metros del Pier, y alli degustar un vaso de Gatorade, o un cafe expreso, alli en medio del Pacifico, sin salir del agua, esta es una de tantas experiencias increibles que pueden aqui vivirse; nada mas tomar el cafe, vuelta al muelle , totalmente repleto de inquietos triatletas de todo el orbe, que apuran sus entrenamientos.

Hoy, en el desayuno, ni mas ni menos que cuatro leyendas del Ironman tomaban cafe en una mesa contigua, dos de las parejas mas afamadas del multideporte: Paul Huddle y Paula Newby, y por otro lado Roch Frey y Heather Fuhr. Ellas, vencedoras aqui, Heather en el 97 y Paula, la IronLady, en ocho oportunidades. Ya retiradas, disfrutan de estos dias viviendo Hawaii , viendo los toros desde la barrera.

Para esta tarde, uno de los ultimos ritos, la cena de la Pasta, manana check-in y los nervios a flor de piel.

Aloha.