Nos dicen que hay límites. Pero en realidad no existen. En los hombres de hierro originarios, en los legendarios, el verdadero motor era y es el espíritu de aventura y descubrimiento.

Porque la verdadera aventura nos dijeron que estaba allá afuera, en los mares, en el viento, ó en el fuego. Si.

Pero también dentro de nosotros mismos, en nuestras sensaciones, en el esfuerzo y el dolor.

La aventura es sacrificarse día a día, perseverar, entrenar sin desmayo.

La aventura es perseverar , sin días libres.
Solo entonces estarás preparado para la aventura más maravillosa.

La aventura es para todos los que se atreven. Para los que retan a las 17 horas de tiempo total. Para casi todos , el camino culmina con la luz del día; otros se deleitan con las últimas luces y buscan el rumor de las olas, allá a los lejos, en la noche , con cientos de luces tintineantes y prometedoras; su aventura termina casi mejor, al filo de la medianoche.
El dolor es real y a la vez un sueño. Sin dolor no hay vida, y tal vez la vida , sin esta sensación de extrema vivencia, no merecería luego la pena disfrutarla.

Sientes mucho.
Intentas no caminar.
Duele cada paso.
Dices que nunca más.
Encaras el ultimo km. en un sueño.
Ves las luces.
La medalla en el cuello.
Ya no importa el dolor
Y piensas en la suerte que has tenido de estar allí, de ser un finisher, un Ironman.
El dolor se irá y el recuerdo es para siempre.
Dedicado a todos los finishers del Ironman Lanzarote.