Este fin de semana se cumplían mis diez años como triatleta en activo; y mi vida triatlética está ligada inequivocamente a una prueba que entiendo como legendaria, esencial, que pese al paso del tiempo y al crecimiento de nuestro deporte sigue fiel a sus principios y a su historia, algo difícil de mantener con el paso de los años.

Pálmaces 1997: aún recuerdo el gazpacho que nos comimos a dos horas de la prueba en la plaza del pueblo y la ilusión, el halo de aventura, que impregnaba aquella mi primera toma de contacto con el triatlon competitivo; de mis compañeros talaveranos de aventura entonces, diez años más tarde sigue conmigo , y muy de cerca mis pasos, mi amigo Susi Marcos. Nuestro décimo aniversario , (el de ambos), lo hemos saldado con nuestra mejor marca personal en este recorrido, retando al viento de la carretera , aunque no al astro sol, que esta vez fue más benévolo. Nuestra lucha, por qué no decirlo , es también frente al paso del tiempo, que quiere restarnos fuerzas, (los veteranos luchamos frente a muchos fantasmas que no persiguen a los más jóvenes), pero siempre nos queda la ilusión y las ganas de mejorar , aprender, y sentirnos , día tras día TRIATLETAS con mayúscula.

Las gafas de nadar, ó las zapatillas para correr… siguen siendo casi las mismas que entonces. La bicicleta es otra historia. En 1997 me acoplaba camino de Atienza sobre mi cabra Colnago de acero, con rueda delantera de 650 y trasera de 700, delante rueda de radios y detrás Shamal de Campagnolo, un lujo para aquellos días. la bici fue una compra que hice a un mecánico del equipo Clas- Cajastur, que me aseguró que sobre esa cabra pedaleó Iñaky Gastón en las cronos de la Vuelta a España de 1995. Verdad ó leyenda, yo disfrutaba sobre mi caballo de acero, que no pocas remontadas me brindó propiciadas por mi escaso nivel acuático. Y en el 2007, cabra Kuips con rueda lenticular Mavic detrás y Cosmic carbono delante, seguro que algunos minutos he restado por la cuidadosa elección del material, con el que siempre me ayuda mi gran colega Rubén El Cangre, muchos años mecánico de la selección nacional femenina de ciclismo y propietario de un arsenal de ruedas que podrían marear al más fanático de los gurús de la aerodinámica.

Lo curioso de todo, es que en 1997 terminé en un honroso puesto 21º entre 85 finishers; en este 2007, el 22º entre casi 200. El tiempo no borra el empeño.

Y como no podría ser de otra forma, después de competir no hay que dormirse y seguir entrenando, fácil, pero entrenando. Quién piensa que hay que descansar después de un gran esfuerzo de más de tres horas???

No entiendo otra manera de disfrutar una mañana de domingo, y más si coincide con mi décimo aniversario triatlético, si no es sobre mi bici y con mis amigos: mi discípulo onubense Dani Arazola, fiel a su cita con Pálmaces y estos días por Talavera, junto a Sara, que ayer debutaba en el triatlón alcarreño con una brillante sexta plaza de la general femenina.

Un cafetito y parada en Alberche, muy cerca de Talavera.

Y ya de vuelta, acoplados por lo que yo llamo nuestra pista de ciclismo, una carretera de servicio del Canal de riego del río Alberche, a pocos kms. de nuestra ciudad…

Diez años de triatlon… y los que espero que vengan.

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