Carmelo, por supuesto, no se equivocaba. Estudió meteorología en el año 2.000, en mi tierra, Talavera de la Reina, cuando durante 40 días aprendió a escrutar los cielos, conocer la formación de las nubes y su evolución. Entonces, él y yo, eramos comos pastores, siempre esquivando las lluvias, casi siempre en las montañas, entonces conseguimos escrutar, como los indios, cada rincón de la bóveda terrestre.

Por eso eligió, hace días, este jueves como el día propicio para subir casi a la cumbre. Sin vientos. Sin nubes. Día idílico. Nos explicaba la ruta en el hall del CIW, justo minutos después de que Toni nos diera unas pinceladas sobre su particular y esperpéntica dieta cendoniana, y más concretamente con los ingredientes de su desayuno. En la foto los tenéis. Simples y fácilmente accesibles en cualquier supermercado. Tal vez si le preguntáis en su blog, os pueda dar algunas nociones de su brebaje de entrenamiento: La Pócima de Ulises.
Seguramente, para mi, ha sido uno de mis días más inspirados y disfrutados en mis cinco años de training camp pozoizquierdano. Iba cómodo sobre los pedales, disfrutando y no sufriendo tanto como otras veces montaña arriba. Controlando mis valores y constantes; además, he visto a mis compañeros de la misma forma, no alocados como otros años, atacando sin control, sino en perfecta formación, muy unidos todos en las bajadas y con todos a la vista en las subidas. Subiendo por la Era del Cardón, un tramo de algo más de 20′ en Tempo. Justo por debajo de umbral. En el autobús, pero autobús perfecto, con Carmelo, Vigaray, Babo y Valentín. Seguimos montaña arriba por Santa Lucía, San Bartolomé de Tirajana y parada, reagrupamiento y rebreafing de Carmelo antes de acometer media hora de trabajo de umbral en repeticiones de 3′ con descansos de 2′. La ruta nos lleva hasta Ayacata, a 1430 metros de altura y punto más alto desde nuestro viaje desde el nivel del mar.

Al llegar después de casi cuatro horas de ruta, sprint para ver que mis watios máximos suben y suben día a día. Nada mejor que entrenar. Hoy 874 watios, ahí es nada para un galgo viejo.

Luego la carrera en transición, breve para algunos, (20′), ó más larga para los ávidos de endorfinas, ó para otros que en breve se enfrentarán al monstruo del IM, Malaysia espera.
La tarde, en Las Palmas, donde Isabel ha terminado su magnífico trabajo conmigo, aunque casi se me saliera la mandíbula de las quijadas, de tanto abrir la boca…

Mañana, más y mejor.