Vivo rodeado permanentemente de deportistas. Jóvenes y no tan jóvenes. Individuos que viven, sienten y sueñan. Buscan su lugar en la vida y a menudo difícilmente lo pueden encontrar. Finalmente lo consiguen, pero a veces de forma no fácil y en ocasiones no sin dejar en el camino muchas cosas que les hieren, estigmatizan frecuentemente de por vida. Y lo digo desde la experiencia, sin duda.

Hacer deporte de forma monacal, entrenar cotidianamente en pos de un objetivo, no es otra cosa que un compromiso vital. Muy duro seguramente. Gratificante al final, pero también a veces traumático. Conviene no olvidar esto en nuestras vidas.

Problemas. Inserción vital. Experiencias que traen sabiduría, y no solo las buenas, sino las malas, las que incluso nos hacen llorar pero que pueden convertirse al final en esenciales; sin la lluvia que nos castiga no habría prados, y sin las sombras que oscurecen nuestra existencia no habría finalmente sol.

Decisiones. Elegir un camino para dejar otros. La posibilidad de apostar por una vida de renuncias y también de satisfacciones, ese poder de decisión es el activo más importante que tenemos los seres humanos.Podemos elegir comernos diez perritos calientes ó un puré de verduras y un filete a la plancha. Podemos elegir ir a entrenar una tarde de lluvia ó quedarnos escuchando música con unos amigos. Puedes elegir construir tu vida en unos principios, forjar tu carácter,(y el deporte es tan solo una posibilidad) o vivir una vida muelle.

Entrenar no es solo ejecutar, encadenar zancadas ó elegir una bici de carbono. Es un compromiso vital. Llegada una edad, es conveniente que los jóvenes que se aventuran en este mundo de compromiso lo tengan presente; elegir: donde había timidez, cimentar la confianza y la determinación; donde había confusión, orden. Tranquilidad en lugar de inquietud y paz de espíritu en lugar de turbación.

Equilibrio, seguridad, paz interior. No es otro el objetivo del deportista en pos de su sueño.

Dedicado a mis chavales más jóvenes que pronto se harán mayores y buscan su identidad como deportistas y seres humanos, para que logren en verdad ser las personas que ansían.