He estado unos días desconectado de mi rutina habitual de vida, paladeando eso de lo que disfruta la mayoría de la gente y que otros no tenemos, ó como dicen algunos de mis amigos, disfrutamos de ello todo el año: vacaciones.

Nada de bicis, ni carrera, nada de piscina; eso si, aunque a cualquiera le pudiera parecer que elegí uno de los mejores lugares para disfrutar, la cuestión era pasar unos dias entre la obligación y el placer, en un bello lugar de a República Checa donde se disputaba una de las pruebas del Mundial de Motociclismo.

Placer porque difrutaría de un bonito espectáculo desde dentro, desde los boxes y el pit lane, masticando toda la tensión y la adrenalina que se masca en una competición del más alto nivel.

Obligación, porque compartía esos días con Alvaro Bautista, que aunque va en moto y muy deprisa, también monta mucho en bici conmigo, nada habitualmente y corre bastante a pie, además de otros trabajos físicos que le permiten mantenerse en la forma necesaria para estar al mejor nivel, y al que tengo la suerte de dirigir y planificar todo su trabajo físico.
La experiencia mereció la pena. En la imagen, el manager, Armando Guerrero y Alvaro, posan en el pit lane del circuito de Brno para mi cámara, horas después de la carrera en la que el piloto de Talavera consiguiera una segunda plaza en el podio en la categoría de 250 c.c.

Y en próximas entregas, más triatlon…