Tiene gracia. Después de tantos años de triatlon, se nos plantean cuestiones tan básicas que son de pura raigambre. Tanto hemos crecido, en tan pocos años, que lo hemos hecho de forma caótica, deslabazada, y a veces, con cimientos poco consolidados.

Esto pasa en muchas facetas de nuestro deporte; pero en esta oportunidad , quiero dar mi punto de vista sobre un aspecto que siempre , ( y más últimamente), llama poderosamente mi atención: la falta de perspectiva a la hora de afrontar un Ironman, a menudo acompañada de una falta total de respeto por las distancias y los requerimientos físicos y técnicos de la modalidad.

¿Sabemos qué significa afrontar un Ironman? muchos si lo saben, pero cada vez más triatletas llegan a la prueba, finalizan, sin haber aprendido nada en el camino, y sin ni siquiera saber que había un camino. Otros, afrontan las distancias pero con los brazos bajos y no tardan en ser noqueados por la prueba. Tal vez porque no la respetaron. El Ironman no es solo el día de la prueba. Ni las tres semanas previas. Siempre se dice que el Ironman es un estilo de vida, porque acometer esta prueba no se circunscribe tan solo al día de la competición, sino que significa vivir intensamente, disfrutar, sufrir, planificar… la vida durante meses, años ó toda la vida. El Ironman no es tan solo el día señalado, el día de la carrera es la guinda, pero el pastel es lo más apetecible.

Para buscar nuestra identidad como ironmanes, es necesario beber en las fuentes, algo que pocos, al llegar al triatlon, son conscientes de hacer. El Ironman no se condensa en una bici de carbono, el neopreno, las zapatillas último modelo ó el casco aerodinámico; tal vez eso es lo que trasciende del deportista, pero el interior debe mostrarnos mucho más. No es solo entrenar tampoco: es ser fieles a la tradición de una verdadera doctrina deportiva.

Mark Allen se preparaba en cuerpo y alma para un Ironman al año , normalmente. Hawaii. Toda su preparación giraba en torno a ello, y convertía sus entrenamientos en verdadera disciplina de vida. En las ocho últimas semanas previas a la prueba, The Grip nunca participaba en competición alguna. En esta máxima condensaba gran parte de sus opciones de victoria.

Hoy día, el calendario de competiciones es extenso y la oferta variada. Está también la tentación económica, muchas veces por migajas que nunca compensan. Así, muchos triatletas compiten en exceso antes de una gran cita, e incluso hacen ironmanes de forma consecutiva, lo que a menudo aboca a muchos a retiradas prematuras, o a ni siquiera poder acabar muchas pruebas; frecuentemente esto sucede porque ,cegados por lo que bulle a su alrededor, ni siquiera apelaron a la tradición de su deporte.

Bebamos en más fuentes. Paula Newby Frazer, ocho veces vencedora en Hawaii,preparaba minuciosamente la gran cita ; en julio y agosto se olvidaba de competiciones menores, y marchaba a Boulder, Colorado, a entrenarse en altitud; en septiembre, afrontaba las ultimas semanas de preparación en San Diego, California y solo después de esas ultimas semanas se sentía preparada para afrontar los ultimos 14días, de afinamiento y puesta a punto, tapering , como ahora se denomina de forma más concisa, utilizando el término anglosajón.
Es evidente que nuestro deporte ha cambiado. Pero a menudo , despreocupados por lo esencial, tan solo vemos lo tangible, los 226 kms. del día D. Y no es eso, ni tampoco vale todo en el Ironman. Respetemos la tradición, respetemos las distancias, respetemos la Prueba, si no queremos que el gran monstruo nos engulla.