30 días para el Campeonato del Mundo Ironman.

A lo largo de esta serie de entradas, pequeños retazos de lo que entraña estar allí, en el centro del universo triatlético, los dias previos y posteriores a ese primer sábado de luna llena de octubre.

Una de las experiencias más intensas y vivificantes es nadar cada mañana en las aguas de la bahía de Kona. Lo mejor es madrugar para acostumbrarse al horario de competición , ya a las siete de la mañana, con el sol iluminando con fuerza, el Pier es un verdadero hervidero de triatletas.

Aguas cálidas,limpias, claras, llenas de vida que invitan a excederse entrenando; hay que controlar el ímpetu,tratando de ajustarse al programa.

Lo mejor, sentirse parte de la vida que te rodea, peces de cientos de formas , colores… y hasta tortugas que nadan cualquier mañana a tu lado. Una experiencia a la que nadie podría abstraerse.

Un circuito balizado semanas antes en el que casi todos allí hemos entrenado de más.

Algo tendrá esa bahía que nos ha hecho sentir tan vivos.