Mi intención es retomar el periódico contacto con los lectores desde el blog, estos dos ultimos años un tanto abandonado. Aprovecho el viaje a Australia para ilustrar , en una serie de entradas, mi experiencia humana y deportiva en las antípodas.

 

Llegar después de un largo viaje de más de 20 horas y varias escalas a Gold Coast , coger un coche de alquiler y de sopetón ponerse a conducir y por la izquierda casi 300 kms. hasta Sunshine Coast no es tarea fácil. La comida, el ritmo, las costumbres, definitivamente son diferentes y nuestra capacidad de adaptación se empieza a poner a prueba.

mooloolaba

Los australianos, gente amable y servicial, facilitan las cosas.

Lo primero que llama la atención es la limpieza, la organización, y por supuesto, los interminables paisajes , bosques y más adelante las espectaculares y salvajes playas. Los australianos están muy concienciados, al menos en el estado de Queensland, con la ecología y la alimentación natural. Por supuesto, para nosotros un paraíso, las ensaladas a base de quinoa, semillas, frutas… son la base de nuestra alimentación en estos días… y el pollo!

Los primeros entrenamientos nos reservan alguna sorpresa… en bici, zona de repechos durísima con tramos de hasta el 20%. En la playa de Mooloolaba, donde se celebra la competición, una red a 300 metros de la costa durante varios kms recuerda la posibilidad de que los tiburones puedan acercarse … pero aquí , al igual que la salvaje naturaleza puede sorprenderte, nada está sujeto a la improvisación.

 

Los dias para nosotros comienzan temprano, a las 5.30 o 6 a.m. y terminan a eso de las 21.30 horas. Los entrenamientos se compaginan con caminatas por los Parques Nacionales, o visitas a pueblos escondidos de la geografía que son verdaderos lugares encantados… Noosa , Montville, Maleny, Eumundi… son algunos de esos sitios en los que tanto hemos disfrutando perdiéndonos.

 

noosa

Y es que no se trata sólo de entrenar en la previa, sino de disfrutar a todos los niveles  de 20 días que sin duda serán inolvidables.