La competición. Llegado a este punto de la vida, nada tiene que ver con la lucha cerrada con los rivales, la obsesión por un puesto y menos con un tiempo.
El deporte, independientemente de la edad y de las fases en la vida de un ser humano, busca la superación y el logro de la excelencia. En la búsqueda de la excelencia deportiva es indudable que la competición juega un papel primordial. Compitiendo, midiéndome con los mejores adversarios, es cuando me veo obligado a esforzarme al máximo para sacar lo mejor de mi mismo. Ese es el verdadero valor ético de la competición deportiva. Competir bien, ese es el triunfo verdadero.
El triatlon me ofrece esta oportunidad, independientemente de mi edad. Compito con mis rivales de 50 a 54 años, casi todos ahora más jóvenes que yo, pero no importa, competir es bueno,siempre que entienda que con quien compito es conmigo mismo. No me comparo con los demás. Me comparo conmigo, y fruto de esta comparación valoro mi progreso y mi crecimiento. En esta idea de competición no hay adversario, y no me preocupa el resultado, sino dar lo mejor de mí.
El Campeonato de Mundo 70.3 en Mooloolaba me sirve de punto de inflexión en mi vida y en mi trayectoria deportiva. Un ejercicio de autoconocimiento y de refresco de sensaciones. Ahora corroboro que el tiempo no pasa sin un tributo y que necesito potenciar mi fuerza, mi descanso, mi alimentación, no para mejorar, sino para detener el inexorable paso del tiempo. Es eso lo que me permitirá dilatar mi vida de percepciones, sensaciones , ligado a la actividad física exigente.
He rememorado grandes momentos de mi vida deportiva, como en un flashback, y he podido proyectar las vivencias al futuro. Qué mejor enseñanza y vivencia??
Estoy seguro que la vida futura nos deparará, gracias a un aprendizaje que no cesa, momentos tanto o más intensos y especiales que los vividos.
