Volvemos a ejercitarnos en plena naturaleza. Ya ha pasado el tiempo más o menos denso , dedicado a la regeneración. Ya hemos entrenado más ó menos largo y acondicionado de forma básica nuestro organismo y nuestro sistema locomotor. Es hora de ir sentando bases físicas.
Volvemos recordando a los clásicos. A los por mi siempre recordados, Cerutti y Lydiard. Después de ellos, pese a quien pese, tras estos dos sabios, no nació nada nuevo bajo el sol, sino que todo se limitó a innovaciones sobre una misma base. De estas fuentes, siempre beber, adaptándolo a cada modalidad y a los tiempos que vivimos.
Sábado de subir sendas abruptas, hacia lugares perdidos en la soledad, cercanos, pero ajenos. Más de alguno de los que estuvisteis entrenando os sorprendisteis… y eso que estábamos cerca de vuestras casas. Subir a saltos, bajar potenciando en excéntrico, correr vivo, volver a subir… y luego pisar hojas de pinos, en el silencio, alejados del mundo bullicioso, allí al lado, tan cerca pero a la vez todo tan ajeno.
Hoy os dejaré con una cita del gran Pekka Vasala, campeón olímpico de los 1.500 en Munich-72, seguidor del maestro Lydiard. Famosos eran sus durísimos entrenamientos en colinas. A algunos os sonará la imagen que os dejo del legendario finlandés y seguramente os veréis reflejados 🙂 …»mis entrenamientos de cuestas no deben ser copiados por otros atletas. Son suicidas para los que me imiten sin una adecuada base ni adecuados antecendentes».
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Por mucho que hagamos , nada como Münich 72 je,je,je…