Hace años, una oportunidad pasó por delante de mi. Y ahora me alegro de no haberla desaprovechado.

La afición incontenible por algo es una necesidad para el ser humano. Y también una oportunidad. Muchos de nosotros podemos ahora reflexionar con esto. Porque un deporte de fondo, y más un deporte como el triatlon, es una afición de proporciones inconmensurables. Y vosotros que me leeis lo sabéis de cierto.

Un deportista , como tú ó como yo, puede sentir lo mismo que un científico en un laboratorio en el trance de realizar un gran descubrimiento de dimensiones universales. Si, así es. Al igual que el sabio, el atleta sentirá misterio, excitación, intuición y finalmente, con la consecución del logro, compensación, realización y una sensación de espíritu ennoblecido.

Dejar de entrenar??? dejar alguna vez de competir??? La verdad, no se cómo. Cualquier profano pensaría que lo nuestro es una obsesión y no un deporte. De alguna forma, tal vez. Pero analizándolo fríamente, no es ninguna obsesión, sino la neceidad de alcanzar una sensación vital y de plenitud cada día mayor si cabe.

Como homenaje y recuerdo de aquella oportunidad que un día cogí al vuelo, casi en mi adolescencia, (el deporte de fondo), una imagen de los dos triatletas de mi pueblo, Talavera, con más años en activo. Y los que espero que nos queden.