Plenamente vivo. No es necesario sentir nada más para ser algo así como feliz.

Sentir que el sol te acompaña, que la lluvia te refresca, que el viento mitiga el cansancio.

Sentir que alguien te quiere y te acompaña en silencio aunque a menudo estés lejos.

Beber sediento y seguir sintiendo… el agua vivifica y no hay elixir más mágico para caminar sin descanso.

Vivir a cámara lenta y no querer dejar que el tiempo se vaya, aferrándose a la juventud, a la esperanza, a los sueños que nunca nos tendrán que abandonar.

Nunca dejéis de intentarlo. Nos merecemos la plenitud de la vida.

Muy pronto hará dos años que nos dejó un genio, un hombre sensible. Antonio Vega,poeta de mi juventud, los mejores siempre se van antes de tiempo.