Hoy, día 25 de diciembre, ha amanecido como siempre, y como habitualmente lo hace en las tierras del interior: frío, a 0º. Ni un alma. Las gentes se refugian , tal vez recuperándose del efecto de una noche de excesos y casi nadie mira siquiera por las ventanas.

Nosotros hemos mirado , muy de mañana, escaleras arriba, hacia la colina, y nos hemos dedicado, a subir hasta el mirador a saltos. Como dije hace un tiempo, Talavera Style.

Luego, rectas, más cuestas, eso si, corriendo y no saltando. O casi. El suelo estaba hoy perfecto, mullido, inmaculado. Como dijo uno de los chicos, en su punto, como una alfombra.
Para terminar, unos miles talaveranos, de esos que no son para fardar en ningún foro por lo rápidos, porque son largos y difíciles, para nada llanos, con varios giros de 180º que te obligan a parar, arrancar, bracear, recomponerte. De esos en los que si has trabajado bien tanto los días anteriores como el mismo día, dejan huella no solo por lo difíciles, sino por su distancia, más cercana a los 1200 que a los 1.000 metros. No aptos para obsesos del crono. Talavera Style, como digo…un particular, pero no nuevo, modo de ver la carrera.

Mantener el rumbo no significa solo mirar al horizonte , agarrar el timón y elegir la ruta; supone bregar contra los elementos, subir, bajar, luchar contra orografías enconadas, dificultadas, de olas enormes y enardecidas. Esa es la esencia de nuestro trabajo invernal.

Luego, prestos a perpetuar la tradición, un largo almuerzo a escasos metros del circuito natural.

Hubo lugar para los recién llegados, compartiendo con los más veteranos.


Los más veteranos, pozo de sabiduría y nobleza.

Los históricos de los clavos, el cross y el tartán. Gracias por venir!

Los buenos amigos, con esos con los que la diversión está asegurada, los que dan sentido a la palabra grupo.

Que sería de nuestro grupo sin ellas; nuestras chicas, perennes, esforzadas.

Y por supuesto los más jóvenes. En un día tan señalado, de mañana, es de destacar que estén ahí, ilusionados.

No estáis todos, pero gracias de todas maneras a todos los que estuvisteis haciendo grupo, la fría mañana del 25 de diciembre.
Sois grandes. Por vosotros, agarraré con toda mi fuerza el timón.